Los ingleses tienen un problema.
Los juegos olímpicos de la Pekín 2008 han sido perfctos (*). Inmejorables, hagan lo que hagan de aquí cuatro años en Londres quedará ridículo. Intentaría darles alguna idea para que su caída fuese menos dolorosa, pero que se fastidien, que son ingleses y yo no soy inglés y ayudarles iría en contra del espíritu olímpico. Toma ya.
Me centraré en Madrid 2000algo. Nosotros aún estamos a tiempo. Podemos llegar a la altura de los chinos (exceto el Jao Ming ese, se entiende). Para conseguirlo sólo nos faltan un par de cosillas pero no os preocupéis, queridos compatriotas, estamos en ello. Aquí os dejo una lista, para que colaboréis en la medida de lo posible.
1.Animar de forma adecuada. Es bien sabido que a todos nos encantan esos deportes raros (kayak k100, natación asincrónica, tiro a la perdiz) que sólo se ven una vez cada cuatro años, pero con que nos gusten y nos pasemos el día enganchados a la tele no basta. Hay que animar. Tenemos una historia como fanáticos de nuestros equipos. Hasta tenemos a Manolo el del Bombo. Pero incluso Él se puede equivocar. Así que haremos como los chinos. Nos pondremos un organizador. Aplausos, silbidos, idas al lavabo, toses carrasposas. Todo disciplinadamente como nos dicte el organizador, con cartelitos desplegables frente a la grada. Que lo mismo si no va un tío y aplaude cuando toca carraspear y viceversa. Una posible tragedia menos.
2.Recursos materiales. Estadios, autopistas, de todo. La clave está en saber priorizar. El resto del país y las afueras de la ciudad no necesitan nada, cuando haya unas olimpiadas en Teruel 3027 ya construiremos cosas allí, mientras que se apañen con lo que hay que seguro que ya están muy bien. Ah, si tienes la desfachatez de tener tu casa en el trazado del lápiz del arquitecto grandilocuente que contratemos ya se la estás devolviendo al estado, que unos juegos son sólo cada cuatro años y las hipotecas al fin y al cabo se pagan en cuatro días.
3.Recursos humanos. Qué te crees, ¿que las pirámides se construyeron en una semana? Pues no. Fue en dos horas, que los extraterrestres son muy listos. Pero me desvío del tema, hay que colaborar. Levantar ladrillos, piedras, murallas. Hay que trabajar como animales. Y de la inauguración ya ni hablo. Para la ceremonia en la que se mostrarán los grandes inventos de nuestra civilización necesitaremos 200 000 voluntarios que esgriman sus mochos de forma coordinada. Y 300 000 niños que lancen sus chupa-chups al aire de forma todavía más coordinada. Espera, que los niños pueden ser feos o, peor aún, no destilar espíritu olímpico. Mejor clonamos simplemente a Cehchu, de médico de familia, un montón de veces y santas pascuas. ¿Los voluntarios? Que se dediquen a eso exclusivamente, claro.
4.Libertad de prensa. Nadie podrá informar de nuestros juegos si todos nuestros periodistas están en la cárcel. Y leches, los Juegos sólo sirven para ser informados, así que es evidente que en los nuestros habrá total libertad de prensa. Al que no nos guste no le encarcelamos o le censuramos, nos lo cepillamos directamente, en eso superaremos a los chinos.
5.Encendido de antorcha espectacular. Ni flecha ni leches, hay que superar esas cosas prosaicas. Yo propongo hacer avanzar a nuestro atleta (Salva Ballesta, escogería yo) entre un montón de billetes de quinientos euros ardiendo. Después lo lanzamos por los aires con un cañón (nota: comprar un millón de cañones para poder hacer pruebas y por si se estropea uno). En el aire lo recoge un avión de combate (comprar otro millón, por si las moscas, que con los cañones no nos cargamos a las puñeteras moscas). El avión lanza un misil que enciende el pebetero. Sería la leche. Ah, el pebetero lleno de billetes de quinientos euros, que total nos sobran, que vean que no nos falta de nada.
6.Deportistas de élite. Eso era un problema, superar el altísimo número de medallas de los chinos era complicado, pero se puede hacer algo más efectivo. Para ganarse el respeto, admiración y temor de los demás países nada como el método cubano.
7.Libertad de expresión. Nuestros periodistas ya sabemos que serán libres, pero ¿y la gente? Lo de montar zonas específicas de protesta para arrestar a los que están dentro es una idea genial, pero nuevamente podríamos superarlo. No, espera, no podemos. Pero no le digas a nadie que no podemos. Si eso ve alas 3 de la mañana aun callejón oscuro frente a una comisaría y proclámalo.
8.Espíritu olímpico. Abroncar a la gente que celebre las cosas con demasiados aspavientos. Que en los juegos olímpicos hay que ser discretos, eso ya nos lo han enseñado en Pekín.
(*) Lo escribo así para subrayar mi imperfección ante algo tan apoteósico.